La democracia moderna es muy diferente de la que existía hace unos siglos. La razón principal de esto es el hecho de que la democracia hoy es mucho más inclusiva que antes y abarca a más grupos sociales y minorías. También tiene más derechos garantizados para los ciudadanos, como derechos civiles, derechos políticos, derechos económicos y derechos sociales. Además, ha habido un aumento en el nivel de participación política de la gente, aumentando la responsabilidad de los gobiernos hacia sus votantes y permitiendo que se escuchen más voces en las decisiones políticas. El voto secreto, el sufragio universal y el voto directo en plebiscitos también contribuyeron a la modernización de la democracia.
La idea de la libre participación de todos los ciudadanos en las decisiones políticas está directamente asociada a los dos grandes valores de democracia: igualdad y libertad. Hoy en día, en la mayoría de las sociedades modernas, este concepto abarca a todas las personas sin distinción, independientemente de su género, raza, color o creencia religiosa. Este logro aparentemente elemental es el resultado de cambios y transformaciones ocurridos a lo largo de más de 2 mil años de historia de la democracia. Un modelo de gobierno dinámico, que sigue evolucionando y que puede y debe mejorarse mucho.
En la tradición democrática moderna, en la que las elecciones ocupan el centro del proceso de toma de decisiones, la participación directa de los la población todavía se produce de forma ineficaz. En general, el ciudadano común no tiene voz ni espacio para escuchar. No participa en los procesos de toma de decisiones que, en la práctica, están definidos por diferentes grupos intermediarios entre él (el ciudadano) y aquellos que eligió para representarlo. En este modelo, la sociedad está llamada a votar sólo para elegir a sus representantes, y no a participar en la gestión pública. En otras palabras, la elección no resuelve toda la cuestión de la autorización que los funcionarios del gobierno reciben de la población, ni garantiza la representación que legítimamente pertenece al pueblo.
Dos términos que traducen una idea que sólo funciona bien cuando estamos juntos, ya que no hay democracia sin la participación del pueblo y, en los regímenes autoritarios, la mayoría del pueblo tiene prohibido participar. Por tanto, el principio de nuestra participación es la defensa de la democracia, sin ella no hay participación del pueblo, y no se consideran sus derechos, intereses y necesidades.
La democracia es un régimen político en el que la soberanía debe ser ejercida por el pueblo. Los ciudadanos son los titulares del poder y depositan parte de ese poder en las instituciones del Estado, para que el Estado pueda coordinar la organización de la sociedad. La democracia tiene orígenes griegos – "demokracia" (demo = pueblo y kracia = gobierno) – y significa gobierno del pueblo. Surgió en la Antigua Grecia, más concretamente en el año 510 a.C., en las ciudades-estado de Atenas.
No existe un solo tipo de régimen político democrático, la democracia se divide básicamente en: Democracia Directa, en la que la acción política La ejerce el ciudadano, la Democracia Participativa, cuando el ciudadano participa con el Estado, y la Democracia Representativa, en la que el ciudadano elige un representante para que actúe en defensa de sus derechos e intereses. Por lo tanto, el representante electo debe identificarse con los intereses y necesidades de quienes lo eligen.
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